
Edvard Munch fue uno de los artistas más importantes en el período comprendido entre los siglos 19 y 20. Su motivo Skrik (El grito), repetido en varias técnicas, se convirtió en parte del subconsciente mundial del siglo 20, una imagen de miedo y soledad que la mayoría de la gente probablemente conoce, incluso si no tienen idea de quién lo creó.